"LA LECHERA DE BURDEOS" Y LA PINTURA IMPRESIONISTA

“La lechera de Burdeos”  (1827)  64 x 74 cm   Francisco de Goya

 De este cuadro se ha discutido su autoría en numerosas ocasiones pues aunque está firmado por Goya se sale totalmente de la producción monocroma del artista en sus últimos años en su exilio en Francia. Tiene unos tonos fríos totalmente fuera del convencionalismo academicista, con una pincelada suelta de trazos cruzados, solo suavizados en la zona del rostro.
Representa a una mujer en los lomos de equino en una vista en contrapicado sin que se descubran su manos y con un cántaro de leche en la parte inferior izquierda.
Pintado un año antes de muerte se ha querido ver en él un resurgir de la felicidad y la alegría de vivir, después de su salida de España y del periodo de las pinturas negras.
  


En la factura de La Lechera se ha visto por diferentes críticos como un precedente del estilo impresionista, por su temática realista y sus pinceladas cruzadas en tonos  azules.
Como lo afirma Fuster (1965:122), “La Lechera es como el pregón anticipado del Impresionismo, que recogieron en especial Monet, Renoir y, sobre todo, Manet”.